lunes, 31 de enero de 2011

31 DE ENERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SAN JUAN BOSCO, PRESBÍTERO


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

San Juan Bosco, presbítero

De las cartas (Epistolario, Turín 1959, 4, 201-203)
Si de verdad buscamos la auténtica felicidad de nuestros alumnos y queremos inducirlos al cumplimiento de sus obligaciones, conviene, ante todo, que nunca olvidéis que hacéis las veces de padres de nuestros amados jóvenes, por quienes trabajé siempre con amor, por quienes estudié y ejercí el ministerio sacerdotal, y no sólo yo, sino toda la Congregación salesiana.
¡Cuántas veces, hijos míos, durante mi vida, ya bastante prolongada, he tenido ocasión de convencerme de esta gran verdad! Es más fácil enojarse que aguantar; amenazar al niño que persuadirlo; añadiré incluso que, para nuestra impaciencia y soberbia, resulta más cómodo castigar a los rebeldes que corregirlos, soportándolos con firmeza y suavidad a la vez.
Os recomiendo que imitéis la caridad que usaba Pablo con los neófitos, caridad que con frecuencia los llevaba a derramar lágrimas y a suplicar, cuando los encontraba poco dóciles y rebeldes a su amor.
Guardaos de que nadie pueda pensar que os dejáis llevar por los arranques de vuestro espíritu. Es difícil, al castigar, conservar la debida moderación, la cual es necesaria para que en nadie pueda surgir la duda de que obramos sólo para hacer prevalecer nuestra autoridad o para desahogar nuestro mal humor.
Miremos como a hijos a aquellos sobre los cuales debemos ejercer alguna autoridad. Pongámonos a su servicio, a imitación de Jesús, el cual vino para obedecer y no para mandar, y avergoncémonos de todo lo que pueda tener incluso apariencia de dominio; si algún dominio ejercemos sobre ellos, ha de ser para servirlos mejor.
Éste era el modo de obrar de Jesús con los apóstoles, ya que era paciente con ellos, a pesar de que eran ignorantes y rudos, e incluso poco fieles; también con los pecadores se comportaba con benignidad y con una amigable familiaridad, de tal modo que era motivo de admiración para unos, de escándalo para otros, pero también ocasión de que muchos concibieran la esperanza de alcanzar el perdón de Dios. Por esto, nos mandó que fuésemos mansos y humildes de corazón.
Son hijos nuestros, y, por esto, cuando corrijamos sus errores, hemos de deponer toda ira o, por lo menos, dominarla de tal manera como si la hubiéramos extinguido totalmente.
Mantengamos sereno nuestro espíritu, evitemos el desprecio en la mirada, las palabras hirientes; tengamos comprensión en el presente y esperanza en el futuro, como nos conviene a unos padres de verdad, que se preocupan sinceramente de la corrección y enmienda de sus hijos.
En los casos más graves, es mejor rogar a Dios con humildad que arrojar un torrente de palabras, ya que éstas ofenden a los que las escuchan, sin que sirvan de provecho alguno a los culpables.


ORACIÓN


Señor, tú que has suscitado en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 28 de enero de 2011

"RELIQUIAS"

"RELIQUIAS", película para la televisión (tvmovie) que se emitirá el martes 1 de febrero por la noche en la Televisión de Galicia

28 DE ENERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SANTO TOMÁS DE AQUINO, PRESBÍTERO


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

Santo Tomás de Aquino, presbítero

De las Conferencias (Conferencia 6 sobre el Credo)
¿Era necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
Para remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.
La segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Esto es lo hizo Cristo en la cruz. Y, por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.
Si buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia.
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel se hizo obediente al Padre hasta la muerte: Si por la desobediencia de uno - es decir, de Adán- todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos.
Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es Rey de reyes y Señor de señores, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y el conocer, desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.
No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se repartieron mis ropas; ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado; ni a los placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.

ORACIÓN
Oh Dios, que hiciste de santo Tomás de Aquino un varón preclaro por su anhelo de santidad y por su dedicación a las ciencias sagradas, concédenos entender lo que él enseñó e imitar el ejemplo que nos dejó en su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

jueves, 27 de enero de 2011

GRUPO DE VIDA ASCENDENTE DE LA PARROQUIA DE CERVÁS

Cada quince días tiene lugar la reunión del movimiento Vida Ascendente en la parroquia de san Pedro de Cervás. Reúne a las personas mayores de la parroquia que reflexionan sobre temas de la vida cristiana. Antes de la reunión se entrega una hoja en la que viene el evangelio del domingo con diversas preguntas para la reflexión y otro texto relacionado, con comentarios, para poder dialogar sobre todo ello el día de la reunión.


 El grupo de Vida Ascendente de Cervás

En el siguiente vídeo vemos el momento de la oración final al término de la reunión

miércoles, 26 de enero de 2011

26 DE ENERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SAN TIMOTEO Y SAN TITO, OBISPOS


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

San Juan Crisóstomo, obispo


De las homilías (Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50, 480-484)
Pablo, encerrado en la cárcel, habitaba ya en el cielo, y recibía los azotes y heridas con un agrado superior al de los que conquistan el premio en los juegos; amaba los sufrimientos no menos que el premio, ya que estos mismos sufrimientos, para él, equivalían al premio; por esto, los consideraba como una gracia. Sopesemos bien lo que esto significa. El premio consistía ciertamente en partir para estar con Cristo; en cambio, quedarse en esta vida significaba el combate; sin embargo, el mismo anhelo de estar con Cristo lo movía a diferir el premio, llevado del deseo del combate, ya que lo juzgaba más necesario.
Comparando las dos cosas, el estar separado de Cristo representaba para él el combate y el sufrimiento, más aún el máximo combate y el máximo sufrimiento. Por el contrario, estar con Cristo representaba el premio sin comparación; con todo, Pablo, por amor a Cristo, prefiere el combate al premio.
Alguien quizá dirá que todas estas dificultades él las tenía por suaves, por su amor a Cristo. También yo lo admito, ya que todas aquellas cosas, que para nosotros son causa de tristeza, en él engendraban el máximo deleite. Y ¿para qué recordar las dificultades y tribulaciones? Su gran aflicción le hacía exclamar: ¿Quién enferma sin que yo enferme?; ¿quién cae sin que a mi me dé fiebre?
Os ruego que no sólo admiréis, sino que también imitéis este magnífico ejemplo de virtud: así podremos ser partícipes de su corona.
Y, si alguien se admira de esto que hemos dicho, a saber, que el que posea unos méritos similares a los de Pablo obtendrá una corona semejante a la suya, que atienda a las palabras del mismo Apóstol: He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. ¿Te das cuenta de cómo nos invita a todos a tener parte en su misma gloria?
Así pues, ya que a todos nos aguarda una misma corona de gloria, procuremos hacernos dignos de los bienes que tenemos prometidos.
Y no sólo debemos considerar en el Apóstol la magnitud y excelencia de sus virtudes y su pronta y robusta disposición de ánimo, por las que mereció llegar a un premio tan grande, sino que hemos de pensar también que su naturaleza era en todo igual a la nuestra; de este modo, las cosas más arduas nos parecerán fáciles y llevaderas y, esforzándonos en este breve tiempo de nuestra vida, alcanzaremos aquella corona incorruptible e inmortal, por la gracia y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN


Oh Dios, que hiciste brillar con virtudes apostólicas a los santos Timoteo y Tito, concédenos, por su intercesión, que, después de vivir en este mundo en justicia y santidad, merezcamos llegar al reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 25 de enero de 2011

25 DE ENERO: FIESTA DE LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA FIESTA

Pablo lo sufrió todo por amor a Cristo

San Juan Crisóstomo, obispo

Homilía 2 sobre las alabanzas de San Pablo (PG 50,477-480)
Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias palabras: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a compartir su gozo, diciendo: Estad alegres y asociaos a mi alegría; y, al pensar en sus peligros y oprobios, se alegra también dice, escribiendo a los corintios: Vivo contento en medio de mis debilidades, de los insultos y de las persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con ello que le sirven de gran provecho.
Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Doy gracias a Dios, que siempre nos asocia a la victoria de Cristo. Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho que muchos otros apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era agradar siempre a Dios.
Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte, sin él, de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.


ORACIÓN
Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

lunes, 24 de enero de 2011

ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA DE LA COFRADÍA EN ARES

El pasado sábado día 22 tuvo lugar en la casa de la parroquia de Ares la asamblea general ordinaria de la Cofradía de Jesús Nazareno y Soledad de Nuestra Señora. En ella, entre otras cosas, se informó del estado de cuentas, se aprobaron los presupuestos y se habló de lo que se llevará a cabo durante este año.
   En la fotografía vemos de izquierda a derecha a Lucía Mayobre, secretaria, Jesús Ángel Carballeira, presidente y María Eugenia Cobelo, tesorera.

viernes, 21 de enero de 2011

21 DE ENERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SANTA INÉS, VIRGEN Y MÁRTIR



SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

San Ambrosio, obispo

Del tratado sobre las vírgenes (Libro I, caps. 2.5.7-9: PL 16 [edición 1845], 189-191)
Celebramos hoy el nacimiento para el cielo de una virgen, imitemos su integridad; se trata también de una mártir, ofrezcamos el sacrificio. Es el día natalicio de santa Inés. Sabemos por tradición que murió mártir a los doce años de edad. Destaca en su martirio, por una parte, la crueldad que no se detuvo ni ante una edad tierna; por otra, la fortaleza que infunde la fe, capaz de dar testimonio en la persona de una jovencita.
¿Es que en aquel cuerpo tan pequeño cabía herida alguna? Y, con todo, aunque en ella no encontraba la espada donde descargar su golpe, fue ella capaz de vencer a la espada. Y eso que a esta edad las niñas no pueden soportar ni la severidad del rostro de sus padres, y si distraídamente se pinchan con una aguja, se poner a llorar como si se tratara de una herida.
Pero ella, impávida entre las sangrientas manos del verdugo, inalterable al ser arrastrada por pesadas y chirriantes cadenas, ofrece todo su cuerpo a la espada del enfurecido soldado, ignorante aún de lo que es la muerte, pero dispuesta a sufrirla; al ser arrastrada por la fuerza al altar idolátrico, entre las llamas tendía hacia Cristo sus manos, y así, en medio de la sacrílega hoguera, significaba con esta posición el estandarte triunfal de la victoria del Señor; intentaban aherrojar su cuello y sus manos con grilletes de hierro, pero sus miembros resultaban demasiado pequeños para quedar encerrados en ellos.
¿Una nueva clase de martirio? No tenía aún edad de ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria; la lucha se presentaba difícil, la corona fácil; lo que parecía imposible por su poca edad lo hizo posible su virtud consumada. Una recién casada no iría al tálamo nupcial con la alegría con que iba esta doncella al lugar del suplicio, con prisa y contenta de su suerte, adornada su cabeza no con rizos, sino con el mismo Cristo, coronada no de flores, sino de virtudes.
Todos lloraban, menos ella. Todos se admiraban de que, con tanta generosidad, entregara una vida de la que aún no había comenzado a gozar, como si ya la hubiese vivido plenamente. Todos se asombraban de que fuera ya testigo de Cristo una niña que, por su edad, no podía aún dar testimonio de sí misma. Resultó así que fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas las leyes naturales.
El verdugo hizo lo posible para aterrorizarla, para atraerla con halagos, muchos desearon casarse con ella. Pero ella dijo:
«Sería una injuria para mi Esposo esperar a ver si me gusta otro; él me ha elegido primero, él me tendrá. ¿A qué esperas, verdugo, para asestar el golpe? Perezca el cuerpo que puede ser amado con unos ojos a los que no quiero».
Se detuvo, oró, doblegó la cerviz. Hubieras visto cómo temblaba el verdugo, como si él fuese el condenado; como temblaba su diestra al ir a dar el golpe, cómo palidecían los rostros al ver lo que le iba a suceder a la niña, mientras ella se mantenía serena. En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio.

ORACIÓN


Dios todopoderoso y eterno, que eliges a los débiles para confundir a los fuertes de este mundo, concédenos a cuantos celebramos el triunfo de tu mártir santa Inés imitar la firmeza de su fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

martes, 18 de enero de 2011

BENDICIÓN DE ANIMALES EN LA MISA EN HONOR A SAN ANTONIO ABAD, EN ARES

El domingo celebramos  la fiesta de san Antonio Abad en la misa de la catequesis; en ella se bendijeron las mascotas presentes. Cantó el coro juvenil. (Fotos y vídeo: María Eugenia)






Vídeo del momento de la bendición de los animales

lunes, 17 de enero de 2011

17 DE ENERO: MEMORIA OBLIGATORIA DE SAN ANTONIO ABAD


SEGUNDO TEXTO DEL OFICIO DE LECTURA DE LA MEMORIA

San Atanasio, obispo

De la Vida de san Antonio (caps. 2-4: PG 26,842-846)
Cuando murieron sus padres, Antonio tenía unos dieciocho o veinte años, y quedó él solo con su única hermana, pequeña aún, teniendo que encargarse de la casa y del cuidado de su hermana.
Habían transcurrido apenas seis meses de la muerte de sus padres, cuando un día en que se dirigía, según costumbre, a la iglesia, iba pensando en su interior «los apóstoles lo habían dejado todo para seguir al Salvador, y cómo, según narran los Hechos de los apóstoles, muchos vendían sus posesiones y ponían el precio de venta a los pies de los apóstoles para que lo repartieran entre los pobres; pensaba también en la magnitud de la esperanza que para éstos estaba reservada en el cielo; imbuido de estos pensamientos, entró en la iglesia, y dio la casualidad de que en aquel momento estaban leyendo aquellas palabras del Señor en el Evangelio:
Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres -así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo».
Entonces Antonio, como si Dios le hubiese infundido el recuerdo de lo que habían hecho los santos y con aquellas palabras hubiesen sido leídas especialmente para él, salió en seguida de la iglesia e hizo donación a los aldeanos de las posesiones heredadas de sus padres (tenía trescientas parcelas fértiles y muy hermosas), con el fin de evitar toda inquietud para sí y para su hermana. Vendió también todos sus bienes muebles y repartió entre los pobres la considerable cantidad resultante de esta venta, reservando sólo una pequeña parte para su hermana.
Habiendo vuelto a entrar en la iglesia, oyó aquellas palabras del Señor en el Evangelio: «No os agobiéis por el mañana».
Saliendo otra vez, dio a los necesitados incluso lo poco que se había reservado, ya que no soportaba que quedase su poder ni la más mínima cantidad. Encomendó su hermana a unas vírgenes que él sabía eran de confianza y cuidó de que recibiese una conveniente educación; en cuanto a él, a partir de entonces, libre ya de cuidados ajenos, emprendió en frente de su misma casa una vida de ascetismo y de intensa mortificación.
Trabajaba con sus propias manos, ya que conocía aquella afirmación de la Escritura: El que no trabaja que no coma; lo que ganaba con su trabajo lo destinaba parte a su propio sustento, parte a los pobres.
Oraba con mucha frecuencia, ya que había aprendido que es necesario retirarse para ser constantes en orar: en efecto, ponía tanta atención en la lectura, que retenía todo lo que había leído, hasta tal punto que llego un momento en que su memoria suplía los libros.
Todos los habitantes del lugar, y todos los hombres honrados, cuya compañía frecuentaba, al ver su conducta, lo llamaban amigo de Dios; y todos lo amaban como a un hijo o como a un hermano.

ORACIÓN

Señor y Dios nuestro, que llamaste al desierto a san Antonio, abad, para que te sirviera con una vida santa, concédenos, por su intercesión, que sepamos negarnos a nosotros mismos para amarte a ti siempre sobre todas las cosas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

sábado, 15 de enero de 2011

SILVIA ROZAS, RESPONSABLE DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEL ARZOBISPADO, DEJA EL CARGO PARA ENTRAR EN UNA CONGREGACIÓN RELIGIOSA

 Silvia Rozas

A continuación dejamos la carta enviada por ella a través del correo electrónico. Desde aquí le damos la enhorabuena y pediremos al Señor que la ayude en su nueva vocación.


"Mis queridos amigos y compañeros de medios de comunicación:

La verdad es que a una le gustaría escribiros a cada uno personalmente porque ya son bastantes años trabajando juntos. Pero me resulta imposible ahora mismo.
Hay momentos en la vida en que uno se tiene plantear qué es lo que quiere, qué pasa por su interior. Cómo quiere enfocar su existencia. Si realmente está contento con lo que vive por dentro. Y hay momentos en la vida en que uno tiene que sentarse y decir: “Pues aquí estoy, ha llegado la hora”. Y si encima coincide que ya se ha cerrado la Puerta Santa, pues podemos hacer una metáfora. Se cierra una etapa para comenzar otra. Se cierra una puerta para abrir otra. Y cada uno tiene que buscar su puerta y la llave de su puerta.
Estoy hablando de mí y de mi vida. Cierro una etapa, una etapa hermosa, de mucho aprendizaje tanto profesional como personal y espiritual. Una etapa de mucho trabajo, con vosotros, con todos vosotros. Animando y dejándome animar. Acertando algunas veces y metiendo la pata otras. Pero ahora, tras cerrar la Puerta Santa, mi vida toma otro rumbo, diferente. No me voy a poner melancólica ni romántica pero hemos vivido grandes momentos y a veces, momentos históricos como la visita de Benedicto XVI. Desde el 29 de enero me encontraréis en Madrid, con las Hijas de Jesús, viviendo en el Colegio Mayor Berrospe. He pedido la entrada en esta Congregación y allá me voy.
Al frente de este gabinete de comunicación estará a partir de ahora un sacerdote, Manuel Blanco, párroco de Sigüeiro y siempre colaborador en medios de comunicación. Estoy segura de que lo trataréis bien, que seréis comprensivos sobre todo al comienzo. Durante estas 2 siguientes semanas estaré ayudándole a situarse y poco a poco le iréis conociendo más. Sé que le vais a apoyar y ayudar y él está a vuestra disposición para ayudaros, como siempre.


Un abrazote y SIEMPRE a VUESTRA DISPOSICIÓN,

Silvia Rozas"

HOJA LITÚRGICA DEL DOMINGO

jueves, 13 de enero de 2011

UN ARTÍCULO PARA REFLEXIONAR DE WWW.SOLIDARIDAD.NET

Alfombras rojas para el hitler africano, en Bruselas


Así se le llama, a lo largo y ancho de ese continente. Él mismo lo reconocía hace poco, añadiendo: ‘me importa un comino, sé quiénes lo dicen, sé dónde están’. Se llama Paul Kagame, Presidente de Ruanda. Visita el Parlamento Europeo. Más aún, participa en unas Jornadas sobre Desarrollo de la UE, donde debe hablar sobre Justicia de género.


Kagame en Bruselas

Justicia de género, aquel que comanda el ejército que es señalado por un reciente informe de las Naciones Unidas como responsable de la ejecución sistemática y calculada de violaciones masivas de mujeres y niñas como arma de terror.

Cuesta creerlo. Quizá ayude a entenderlo pensar como hubiera tratado el mundo a Hitler si hubiera ganado la guerra. Pues bien, así ha sido en el África de los Grandes Lagos. Kagame es el vencedor de este conflicto, el más sangriento (unos 10 millones de muertos) desde la Segunda Guerra Mundial. Él lo inició con sus tropas, él lo ganó.

¿Se hablaría de las cámaras de gas y de los 6 millones de judíos exterminados en la Shoah, si Hitler hubiera sido el vencedor? El informe de la ONU (Mapping Report) enumera de forma escalofriantemás de 500 masacres (han leído bien) realizadas por su ejército contra la población civil indefensa, de forma organizada, metódica, señalando que pueden ser –por un tribunal- interpretadas como un plan para el exterminio total de un pueblo, es decir, como GENOCIDIO.

La Audiencia Nacional Española, en 2008, le puso ya ese nombre, sin dudarlo, señalando a Kagame y a los 40 máximos cargos de su actual gobierno y ejército como responsables. ¿Importan las cifras? 4 millones de muertos. ¿Importan los métodos? Cerró los accesos a decenas de campos de refugiados en Congo, algunos de 30 y 40.000 habitantes, para matar a todos por hambre. A los que escapaban del cerco los esperaban sus soldados en los caminos y en los puentes, para ametrallarlos, o arrojarlos a los ríos. En muchos casos ordenó bombardearlos con armas pesadas y ametrallar luego a la población congregada. En la ciudad de Biumba (Ruanda) encerró a 2.500 personas en un estadio de fútbol y lanzó granadas sobre ellos, terminando con machetes la labor. Kibeho, Kisangani, Tingi-Tingi… jamás se borrarán de la memoria del pueblo africano. Como no lo hará Auschwitch de la nuestra. Con una gran diferencia… este nuevo hitler ha ganado su guerra, él gobierna, y él controla la información (o lo intenta).

No se molesten en creerme. Pueden leer los autos de procesamiento de los tribunales español y francés (este último lo acusa del magnicidio de dos jefes de estado para usurpar el poder). Son todos, como los informes de la ONU, oficiales, abiertos (no hace falta wikileaks).

Ante él, unos cientos de congoleños, de ruandeses, y quizá, espero, algunos europeos habrán protestado en las calles de Bruselas. Desafiando el frío de esta Europa que no parece verlos.

Quizá nos ocurra como a muchos honrados alemanes que miraban sin ver los camiones llevándose cada día a sus vecinos judíos. Quizá pensamos que un genocidio en África queda lejos. Y así, preocupados (¡y con razón!) por nuestros trabajos perdidos en la crisis, no veamos que esa costumbre de algunos “poderosos” de falsear la realidad y negociar con criminales es, en el fondo, la misma raíz para ambos problemas.

Sí, porque este moderno hitler es también un ‘gran’ hombre de negocios. De sus manos sale al mundo el 80% del coltán del planeta, esencial para la industria tecnológica, la de nuestros móviles, ordenadores y satélites. Y esto pese a que no existen minas de coltán en ‘su’ Ruanda. Están en el inmenso Congo, invadido repetidamente por su ejército y ‘pulverizado’ por sus milicias. Manos que nos venden, y manos que nos compran… armas. ‘Su’ país, además, recibe ingentes sumas en ‘Ayuda al Desarrollo’. ¿De quién? Exacto. Este hitler ha ganado la guerra de África, y así trata el mundo a los vencedores.

De la mano de Kagame, bajo cuya orden directa se ejecutó fríamente también a nueve españoles, por ser testigos de las masacres. Esperemos que la Interpol ponga las esposas a los presuntos criminales, acusados de organizar la violación de unas 40.000 mujeres y niñas en el Este del Congo. Que nuestros Parlamentarios, o algunos de ellos, comprendan que es por estas cosas que crece la brecha que los separa de una sociedad civil cada vez más informada, a la cual dicen representar.

En este instante, acabando esta carta, recibo la noticia de que al menos el Primer Ministro Belga, Ives Leterme, en boca de su portavoz, “no ha recibido finalmente a Paul Kagame por problemas de agenda”

Bravo, señor Leterme, pero llegue hasta el final, explique las razones de rechazar la foto con Kagame. Su pueblo, y toda Europa, agradeceremos su sinceridad. Presione para que la oposición en Ruanda, la que aún no ha sido asesinada, sea liberada de prisión. Porque su silencio, señores europarlamentarios, es nuestro silencio, y nos hace a todos responsables.


Autor: Santiago Izco- Fecha: 2011-01-12

miércoles, 12 de enero de 2011

DÍA DE LA EPIFANÍA EN SANTA EULALIA DE LUBRE

El 6 de enero al término de la misa en la parroquia de santa Eulalia de Lubre llegaron los Reyes Magos (en este caso Reinas) a repartir unos caramelos entre las personas que se encontraban en la iglesia. (Fotos Digna Otero)



martes, 11 de enero de 2011

DÍA DE LA EPIFANÍA EN SAN JOSÉ DE ARES

El 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, tuvo lugar en la parroquia de Ares la misa solemne de esta festividad. Fue presidida por el párroco y ayudó como diácono Celestino Fernández, natural de Ares. Cantó el coro parroquial. Al término de la celebración llegaron los Magos de Oriente a la iglesia y repartieron caramelos entre los presentes. (Fotos y vídeo: María Eugenia y Manolo Vales)







En el siguiente vídeo vemos la llegada de los Reyes Magos a la iglesia y el reparto de caramelos.

lunes, 10 de enero de 2011

DÍA DE LA EPIFANÍA EN SAN PEDRO DE CERVÁS

El pasado 6 de enero se celebró en san Pedro de Cervás la misa de la Epifanía del Señor. A su término, y como viene siendo tradicional desde hace años, los Magos de Oriente llegaron a la iglesia para obsequiar con unos caramelos a todos los presentes. Vemos a continuación un vídeo.

viernes, 7 de enero de 2011

TEXTO PARA REFLEXIONAR: "DOCE PETICIONES PARA OTRAS TANTAS CAMPANADAS QUE INICIAN EL AÑO", DEL BEATO LOLO

Manuel Lozano Garrido escribió en el Semanario 'Signo', el 8 de enero de 1955, "doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año". Peticiones y deseos, que aún siguen siendo de plena actualidad, y a los que nos sumamos y pedimos en este fin de año. (De www.amigosdelolo.com)


Manuel Lozano Garrido "Lolo"

Estoy ante Ti, Señor, en este instante fugaz, a caballo de dos tiempos. Hace frío y luce ahora un raro crepitar de estrellas. Se diría que todo descansa, pero el silencio de ahora nace de una duermevela electrizante.

¿Ves, Señor? En tus plazas y pueblos se han congregado muchedumbres con las frentes en alto; pero Tú no te hagas ilusiones, porque esos ojos que se desorbitan de ansiedad están hoy polarizados apenas por la estricta circunvalación de un reloj.

Es absurdo, mi Cristo, pero así es. “Entonces –dirás- ¿es que al fin se reúnen para amarse?”. No; en el fondo, esas células que integran lo que se llama la multitud tienen entre sí la repelencia de lo egocéntrico. Para ellos, en la autopista del tiempo corren hoy sólo dos leves saetas la carrera de lo personal. Apenas cuando crucen conjuntamente la cinta de las doce, oirás el estruendo con que cada uno festeja el aparente hallazgo de un seguro de vida.

Para entonces, quiero ofrendarte mi súplica.

He oído ya la puesta en marcha de una sonajería, y el martillo de bronce está en alto para la danza de las horas y el rigodón de la vida. En su honor, barrena ya la noche la pacífica metralla del champán y de lo que pudo ser tu sangre, el vino. Pero antes que, con las burbujas, tolera que te envíe, como doce recursos de urgencia, los telegramas de otras tantas súplicas para cada una de las doce campanadas que inician el año.

I


Humildad


Para este primer tañido, permite, Señor que dé la primacía a la Humildad. Para mí y mis hermanos te pido la gracia que nos haga esos niños que aseguran tu reino.


Desde las encrucijadas que son las fronteras hasta los círculos que delimita el carácter, se escucha el restadillo de un látigo de soberbia. Cada día, en el altar del “dios Yo” se inmola el amplio holocausto que va desde la flor silvestre de la libertad humana hasta el bárbaro genocidio de los pueblos. Por eso, Cristo, revitaliza la lección de tu presencia junto al hedor del establo. Que por ella se extinga en nuestros corazones la sed de dominio y el “non serviam” que estamos coronando. Que vuelva la personalidad para el hombre, y la ciencia te sitúe como eje de sabiduría. Que caiga sobre nuestra cerviz tu yugo, que más que yugo, es un divino carisma.


II


Pureza


Tú, el Puro, el eternamente Santo, haz que, al segundo repique, nuestro corazón florezca como una nevada de azucenas, y en el mundo se apague el fuego de lujuria que relampaguea en tantas pupilas. Te rogamos no hagan falta piedras de molino, porque en lo venidero se prolongue la edad de oro de la inocencia en los niños; porque en el ánfora de cristal de la adolescencia arraiguen tus lirios y se dilate la mirada limpia y el tesoro de la virginidad. Que a la gracia de la mujer, reflejo de tu belleza, la cale el recato y no la aje el deseo que alumbra en el hombre la cruda vanidad femenina o la ostentosa picardía. Que, en el hogar, el placer y el egoísmo no consumen el crimen, sellando la fuente de la vida, y la familia sea crisol donde se fragüen las más caras virtudes.

III


Ejemplaridad


Con el tercer toque, acércanos la ejemplaridad. Tú lo sabes. En esta hora de España se lleva el nombre de católico, y hasta es un buen barniz para medrar. De aquí que tintineemos nuestra presencia en los templos, entre tanto que la canción del gallo nos alcanza, reiterándote la negativa de los actos. El que blasona de sociólogo sacrifica al lucro la justicia del salario; el artista da su palabra y luego te niega el tributo de su arte; el escritor alardea de confesional y luego erige un prostíbulo en cada cuartilla; la mujer hace esquife de una cruz sobre el pecho, mientras con la desnudez iza en los corazones banderas de lujuria. Alcánzanos, Señor, la laboriosidad consecuente. Jesús, que vayamos por la vida huella sobre la huella tuya, a quien nadie pudo argüir de pecado.

IV


Fe


Te suplicamos, al par, la Fe; una fe colosal, como de incendio cósmico ¡Sálvanos, Señor, que perecemos en la sin razón que te niega! ¡Que nos asfixia la angustia existencial! ¡Cómo no han de derruirse tantas obras, si están sobre el fatuo castillo de las quimeras egoístas!.


V


Esperanza


También la Esperanza cierta en un mundo que ha de mejorar porque Tú estás con nosotros. A los que se encuentran en una encrucijada de amargura por el desengaño de las ideologías, aflórales la certeza en la bella aventura que es tu reino. Y a los que, con tu armadura al brazo, sienten bajo los pies la conmoción telúrica de los infiernos, actualízales tu promesa de inconmovilidad para la roca de Pedro.


VI


Caridad


Y la Caridad, sin la que somos como címbalos que retiñen. Caridad, que es amor sin regateos a esa escala que te tiene a Ti como jerarquía y que supone un galopar de ciervo hasta tus fuentes, pasar la esponja sobre las ofensas y hasta besar la mano homicida; la que entraña un sentido literal de la palabra compasión: padecer con, estar crucificados continuamente con la lacra de los sin techo y sin pan, los de jornal menguado y necesidad infinita; taladrados con la ceguera de los sin luz –sin tu divina luz- en lejanas paganías o, en la más triste, del voluntario abrazo con la culpa.


VII


Prudencia


Que no es el cicatero quedar en casa, arrebujados, en la inhibición del avestruz. Prudencia, a la que faltamos sobrepasando el gesto o dejándolo alicorto. En la palabra, la presencia o la expresión ni la tosca rigidez que ofende a la caridad, ni el halago innecesario o la hipócrita sonrisa que envanece.

VIII


Justicia


¿Has visto, Señor, qué gran poder el de la carta de recomendación y el dinero? Un sobre azulado puede quebrar la vara del magistrado, el fallo de la cátedra, la rectitud del mandatario o los deberes de la empresa. El escándalo de nuestras torcidas ejecutorias te ha atrincherado tras los muros del templo; y el obrero, identificando tu doctrina con nuestras conductas, se ha vuelto de espaldas y escucha ya el canto falaz de los mercenarios.


IX


Fortaleza


El dolor tremente y la tortura de los mártires se dilata hoy en la Iglesia aherrojada. El mundo es ya como un inmenso clamor de tormento. ¡Señor, que los del silencio sean fuertes en la confesión de la fe! Para nosotros, esa no menos necesaria fortaleza para vencer la tentación en acecho.


X


Templanza


¿Verdad, Señor, que en esta noche sería curioso resucitar la vieja aventura del Cojuelo? Bajo los techos, ¡Qué frecuencia de bacanales en aras del “dios Vientre”! Y, por contrasentido, ¡qué abundancia de hogares con miembros famélicos y niños paupérrimos! Da miedo, también, retrotraerse a los 365 días idos, elevados, con cualquier pretexto, al rango de efemérides gastronómica. Por el ansia de los que dilatan sus ojos al pasmo y al oído; por el peligro de nuestra brutalidad naciente, que germine en cada mente una decisión de templanza.


XI


Prosperidad


No puede faltar a la prosperidad un hueco en esta rogativa. También la concreción de lo necesario. Hasta Ti llega lo accesorio de nuestro afán. La espiga sin el agua, el sol o el viento; la máquina sin los veneros que se electrifican; la vida y la familia sin el sustento cotidianos, son Babeles condenadas de antemano. Tú, que das trémolo al pájaro y clámide al lirio, encarrila los vientos, escancia las nubes, mansifica el regato y ordena, en suma, la próvida riqueza del mundo, supeditándola a un destino de amor.

XII


Paz


Cae ya, redonda, broncínea, contundente, la vibrante campanada de las doce. En el aire, con el temblor de la resonancia, queda como un deseo infinito, el de mi petición de Paz. ¿Hubo nunca, Señor, adulteración como la que existe en torno a la trilogía bendita que es la palabra paz? Por doquier, infinitos labios claman su nombre, entretanto que el fusil tercia los pechos y contiene apenas un alarido de combate. Aún ante los ojos las ruinas recosidas de la guerra, se ultima la puesta a punto de un nuevo Apocalipsis, al par que se inicia el rodar de los cañones. Queremos tu Paz, aquella que un día cimentaras sobre la rústica pesebrera de Belén, y cuya esencia pormenoriza a diario la palabra y el gesto de Pío XII. Que grane en nuestro corazón la espiga de esa voluntad buena que lleva consigo una promesa de eterna convivencia.